La pandemia de COVID-19 trajo consigo cambios que llegaron para quedarse. No solo hablamos del uso de mascarillas sino de tecnología que ha demostrado ser indispensable para combatir esta crisis de salud mundial.
Son varios los avances que permanecerán entre nosotros y que ya están moldeando los servicios sanitarios del futuro. Aquí le presentamos algunos:
Los nuevos trabajadores esenciales: robots desinfectantes
Aunque la luz ultravioleta es dañina para los seres humanos, con las superficies sucede algo diferente. Es conocido que, específicamente la luz UV-C, es un método efectivo de desinfección. Al alterar el material genético de los virus, estos no se replican.
Los beneficios de la UV-C para desinfectar hospitales de forma eficaz están atrayendo a profesionales de varias ramas.
«En lugar de la desinfección manual, que requiere la movilización de la fuerza laboral y aumenta el riesgo de exposición del personal de limpieza, los robots de desinfección autónomos o controlados a distancia podrían conducir a una desinfección rentable, rápida y efectiva», escribió un grupo de investigadores en la revista Science Robotics.
Muchas empresas alrededor del mundo están rediseñando sus robots para convertirlos en desinfectantes.
Atención médica remota
Muchos abogaban desde hace varios años porque se hiciera realidad, pero fue ante esta crisis sanitaria de escala mundial que la atención médica remota cobró protagonismo. Algunos estudiosseñalan que este año, debido a las restricciones de movilidad, los servicios de telemedicina aumentaron en 19,6% en todo el mundo. El segmento más demandado es el de la salud mental.
Esta tecnología reducen en gran medida el riesgo de infecciones cruzadas o adquiridas en el hospital. Además ofrecen a los pacientes una atención de calidad desde la comodidad de sus hogares. Adicionalmente, tanto los profesionales médicos como los pacientes apreciarán más las visitas personales cuando tengan la oportunidad de tenerlas, lo que fomentará una mejor relación.
La impresión 3D de equipos de protección
La crisis actual puso de manifiesto que, especialmente en el sector de la salud pública, el suministro de equipos de protección como caretas, mascarillas y guantes, así como de ventiladores, es considerablemente defectuosos. Esto ha obligado al personal sanitario a racionar los recursos.
Para satisfacer esta demanda, la comunidad de impresión 3D ayudó con esta novedosa tecnología. Varias organizaciones privadas, no gubernamentales e incluso personas naturales han salido al paso imprimiendo, entre otros, caretas, hisopos para pruebas y los llamados tubos de la vida.
Aunque su calidad será diferente a la de sus contrapartes fabricadas tradicionalmente, la contribución de los suministros impresos en 3D sigue siendo invaluable cuando las instituciones de salud están abrumadas.