Ya casi se termina 2020 y todavía estamos lejos de ver el final de la pandemia de Covid-19 que nos confinó desde marzo.
El 29 de septiembre se celebra el Día Mundial del Corazón, para concientizar a la población de todo el mundo sobre los riesgos que implica no asumir una estrategia para proteger la salud cardiovascular.
Alice trota una mañana y a la vuelta de una esquina de pronto olvida quién es y en dónde esta. Por breves instantes, su rostro se convierte en miedo y confusión. Más adelante ella, una connotada lingüista, comienza a olvidar palabras. Cuando estos episodios se hacen reiterativos, acude a su médico: es diagnosticada con Alzheimer de inicio temprano. Este es el argumento de una exitosa película de 2014, titulada Siempre Alice. Sin embargo, estos casos suceden con más frecuencia en la vida real de lo que muchos pudiéramos creer.
No son solo las plantas las que absorben y metabolizan la luz solar. Los seres humanos también lo hacen. Sin embargo, la relación entre la exposición al sol y la salud no es tan sencilla como quisiéramos.
El ejercicio puede fortalecer el sistema inmunológico de muchas maneras. No son pocos los estudios que han demostrado que el ejercicio mejora el sistema inmune y el metabólico.
Una “cura milagrosa” para el COVID-19 que médicos, investigadores e instituciones alrededor del mundo han desaconsejado energéticamente es uso del dióxido de cloro.