La última semana de abril se celebra la Semana Mundial de la Inmunización. Son muchos los mitos que en los últimos años se han creado en torno a las vacunas y sus efectos sobre la salud, sin embargo es primordial dejar claro que la inmunización es importante.
Desde su descubrimiento en 1796 –cuando Edward Jenner desarrolló con éxito la primera vacuna de la historia– las vacunas han salvado millones de vidas en todo el mundo.
La inmunización es una de las mejores formas en que puede protegerse a sí mismo, a sus hijos y a las generaciones futuras de las enfermedades infecciosas. En otras palabras, si se vacuna ayuda a erradicar una enfermedad que podría extenderse ahora y en el futuro.
Al asegurarse de que usted y su familia tengan su esquema de inmunización al día, no solo está cuidando a su propia familia, sino también protegiendo a las personas vulnerables. Cuantas más personas se vacunen, menos personas se infectarán y menos se propagará una enfermedad.
¿Cómo funcionan las vacunas?
Todas las vacunas funcionan de la misma manera: usan el sistema inmunológico de su cuerpo para aumentar la protección contra una infección antes de que entre en contacto con esa infección. En otras palabras, es como estar infectado con la enfermedad sin sufrir los síntomas reales.
Si entra en contacto con una infección después de haber sido vacunado, su cuerpo trabaja para evitar que contraiga la enfermedad, o es posible que tenga un caso leve. A diferencia de otros enfoques propuestos para la inmunización (como la homeopatía), las vacunas se han probado rigurosamente para demostrar su seguridad y eficacia en la protección contra enfermedades infecciosas.
Cómo se desarrollan las nuevas vacunas
Puede llevar mucho tiempo desarrollar una nueva vacuna. El proceso de desarrollo es riguroso y la vacuna se supervisa constantemente, incluso después de su uso, para asegurarse de que sea segura y eficaz.
Una nueva vacuna pasa por muchas fases de desarrollo, que incluyen investigación, descubrimiento, pruebas preclínicas, pruebas clínicas y aprobación regulatoria. Una vez que se aprueba la vacuna, la vacuna se fabrica y se envía al lugar donde se necesita.
En determinadas circunstancias, el aumento de los recursos, los ensayos clínicos simultáneos y la financiación pueden acelerar el desarrollo, como en el caso de las vacunas COVID-19.
Una vez que las vacunas se introducen en los calendarios de inmunización, se controlan de cerca mediante ensayos y vigilancia para ver si son eficaces y seguras. Esto es necesario, ya que a veces se producen efectos secundarios inesperados después de que las vacunas se registran para su uso.
Algunas vacunas, como la vacuna contra la influenza, deben actualizarse todos los años para responder a las cepas y condiciones cambiantes de la infección. Para estas actualizaciones, el proceso se comprime para garantizar que la vacuna esté disponible según sea necesario.
¿Quién necesita la inmunización?
La respuesta es simple: ¡casi todos! Hay algunas excepciones, generalmente personas con una afección médica grave (por ejemplo, un sistema inmunológico débil). Pero nunca decida no vacunarse sin antes consultar con su médico, quien le indicará qué vacunas necesita en función de su estado de salud, edad, estilo de vida y ocupación.
Si el 95% por ciento de nosotros estamos vacunados, la propagación de enfermedades se reduce, lo que ayuda a proteger a todos. Se recomienda especialmente la vacunación si:
Es un recién nacido o un niño pequeño, de acuerdo con el esquema establecido por el Ministerio del Poder Popular para la Salud
Está embarazada o planea tener un bebé
Cuida a bebés muy pequeños
Es una persona mayor
Tiene planes de viajar fuera del país
Recuerde, si no está seguro de qué vacunas necesita, hable con su médico de cabecera. Si descubre que no está al día con sus vacunas, su médico de cabecera le informará sobre las vacunas para ponerse al día y las de refuerzo.