La Enfermedad Inflamatoria Intestinal es una patología que implica un estado continuo, crónico y persistente de inflación en algún sector del tracto digestivo, pero con preferencia de afectación y ubicación en intestino delgado en su porción terminal (íleon) o en algún sector del colon, recto o ano.
Engloba dos enfermedades, que reciben su nombre dependiendo de su ubicación y extensión, que son la enfermedad de Crohn y la rectocolitis ulcerosa.
La enfermedad de Crohn compromete íleon y periano en la mayoría de los casos, mientras que la rectocolitis ulcerosa afecta recto bajo, sigmoides, colon izquierdo y en algunos casos mayores extensiones del colon. Sin embargo, en un porcentaje importante de casos, no es tan fácil establecer diferencias claras entre ellas, dado que su sintomatología es bastante similar.
Afecta a ambos sexos por igual, la mayoría de las veces se diagnostica antes de los 30 años, no tiene distingo de razas ni ubicación geográfica, pero presenta una discreta predominancia en la raza blanca.
A pesar de las extensas revisiones y trabajos de investigación, no se sabe a ciencia cierta que la desencadena, pero está claramente establecido que es una enfermedad inmunológica, donde el problema central reside en una respuesta inmunológica exagerada y anómala del tracto digestivo que lo lleva a a mantener un estado permanente de defensa frente a sus propias células, lo que las lleva al deterioro crónico.
Está aún por definir cuál es el agente que dispara esta cascada inmunológica, y cuáles son los factores de susceptibilidad en el paciente. De manera que es una patología de etiología multifactorial.
Los síntomas son comunes a ambas, y son principalmente dolor abdominal, diarrea y sangrado rectal, además de síntomas generales como fiebre, pérdida de peso y anemia.
Tiene un curso insidioso, con épocas de crisis (brotes) y periodos de remisión, que de igual manera son muy variables e impredecibles en cada paciente, de hecho un grupo de ellos hace un solo brote en su vida, mientras que otros hasta ameritaran resolución quirúrgica.
¿Cómo se diagnostica la Enfermedad Inflamatoria Intestinal?
El diagnostico se hace mediante sospecha clínica, seguimiento del paciente, radiología y toma de bx endoscópicas mediante enterosopias o colonoscopias No hay pruebas sanguíneas específicas para su detección. Los hallazgos histopatológicos pueden llegar a ser patognomónicos para estas enfermedades y así iniciar tratamiento definitivo.
Tratamiento
El tratamiento de la enfermedad inflamatoria intestinal tiene como finalidad controlar los síntomas y retrasar el desarrollo de la enfermedad, Los fármacos utilizados son los derivados de los 5-ASA, (sulfasalazina, mesalamina), inmunomoduladores( azatioprina y 6-Mercaptopurina ), esteroides y antibióticos. La utilización de unos u otros, así como la combinación, dosis y duración, dependerá estrictamente, de la decisión del gastroenterólogo tratante y del momento evolutivo del paciente.
En vista que dolor abdominal, diarrea y sangrado rectal son síntomas presentes en muchas patologías digestivas, la persistencia de estos síntomas así como su recurrencia en personas entre el segundo y tercer decenio de la vida, debe alertar tanto al paciente como al médico para descartar enfermedad inflamatoria intestinal e iniciar tratamiento precoz de manera de aminorar sus complicaciones en vista de ser una enfermedad crónica.