La crianza con apego es una filosofía moderna de crianza, basada en la teoría del apego.
Esta teoría se basa en el concepto de que la conexión de los padres y su capacidad de respuesta a las necesidades del bebé, tienen un efecto positivo y duradero en la salud y en el desarrollo emocional del recién nacido.
La crianza con apego lleva esto unos pasos más allá. Enfatiza la formación de vínculos físicos y emocionales entre el bebé y los padres a través de diversas herramientas. Estas están diseñadas para promover la máxima empatía, capacidad de respuesta y contacto físico.
Vinculación desde el nacimiento: La crianza con apego considera el vínculo inicial entre los padres y el bebé inmediatamente después del nacimiento como un paso fundamental para formar un vínculo saludable a largo plazo. El enfoque promueve el contacto piel a piel.
Amamantamiento: La lactancia materna se considera una forma esencial de nutrir y calmar de manera saludable al bebé. Promueve el contacto físico y las oportunidades para responder a las señales de hambre del bebé. La lactancia materna también hace que el cuerpo de la madre libere hormonas que pueden estimular los instintos maternos.
Compartir la cama: Se cree que compartir la cama reduce la ansiedad por separación del bebé por la noche y facilita la lactancia materna durante la noche. Sin embargo, múltiples investigación señalan los riesgos que implica el colecho, incluidos el síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL), la asfixia y la falta de oxígeno.
El beneficio de la crianza con apego más respaldado por la investigación podría estar relacionado con la lactancia materna y sus muchos beneficios médicos, nutricionales, de desarrollo y neuromotores.
Además, un beneficio sorprendente de este estilo de crianza se describió en un 2019. Un estudio mostró que los niños con padres que estaban en sintonía con sus necesidades emocionales y físicas tenían más del doble de probabilidades de desarrollar mejores habilidades lingüísticas que los niños que no experimentaron este estilo.
Aprender la habilidad de la regulación emocional puede ser otra ventaja de la crianza con apego. Los bebés expuestos a un estilo de crianza altamente receptivo lloran menos y muestran menos angustia. Además, se observó que los bebés mayores y los niños influenciados por la crianza receptiva regulan mejor emociones como el miedo, la ira y la angustia.
A su vez, esto reduce su exposición al estrés, lo que puede afectar positivamente el desarrollo del cerebro y la capacidad de afrontar el estrés más adelante en la vida.